lunes, 16 de diciembre de 2013

A PROPÓSITO DE EDUARDO, por Ángel Pérez Ureta

 
La revista ABSOLEM recoge en el número que cierra el año —el primero en su, esperemos, larga y fructífera singladura— un variado abanico de semblanzas del grupo de artistas (de la más diversa índole y condición) que colaboran en la misma. Una familia de la que tengo el honor de ser miembro.

En un mundo en que las Humanidades parecen relegadas a un rincón polvoriento, resulta muy reconfortante hallar personas, amigos como Ángel Pérez Ureta (crítico de Fantasymundo), cuyo estímulo y aliento tengo muy presente a la hora escribir. Sus palabras (artículo incluido en estas Semblanzas) me han hecho evocar momentos entrañables. El mejor halago, contar con su amistad.

Personas apasionadas. Amantes de la belleza, aliados en las múltiples facetas en que el arte nos envuelve cada día, quizá náufragos en la vorágine del mundo pragmático y racional. «Rareza» que, desde la humildad, ejemplos como ABSOLEM parecen reivindicar.