sábado, 11 de agosto de 2012

RESEÑA EN EL SIMIO LECTOR: LO QUE VINO DE LAS PROFUNDIDADES, por Francisco José Arcos Serrano

Ilustración original de Pablo Gómez para El avispero, relato incluido en el libro Lo que vino de las profundidades



El pasado 8 de agosto apareció una reseña sobre el libro Lo que vino de las profundidades en el blog El Simio Lector, a cargo de Francisco José Arcos Serrano, al que agradezco su interés y, especialmente, sus animosas palabras hacia el libro, estímulo para seguir aprendiendo y tratando de hacer disfrutar a cuantos lectores se acerquen a mis relatos.



Os dejo el enlace:

lunes, 6 de agosto de 2012

TEMBLOR


El mundo agoniza. Un Imperio matriarcal y decadente, controlado con mano férrea por una élite sacerdotal, se desmorona fatalmente. Poco a poco languidece, víctima de su propia corrupción y de una Ley —rígida, inflexible, incuestionable— que apenas logra contener la rebelión, soterrada, que extiende su red desde los confines de Magenta, la capital, el centro de gobierno y de poder.

            La Rueda Eterna, el ciclo vital en apariencia inmutable, está a punto de detenerse. Durante siglos la memoria de los Anteriores se ha perpetuado a través de las nuevas generaciones, adolescentes que han gozado de este privilegio, convirtiéndose, a su vez, en Anteriores de otros jóvenes. Sin embargo, las Casas de los Grandes (lugar de aprendizaje), se pudren, vacías ahora, cubiertas por el polvo y el olvido.

El viejo mundo se tambalea y los jóvenes escasean. Cada vez que alguien fallece, la materia pierde forma, se desdibuja en una inquietante bruma oscilante. El vientre de las mujeres, otrora fértil, está, desde hace tiempo, yermo y baldío.

Es una tierra condenada por la niebla del olvido, que todo lo circunda, que avanza como un veneno directo al corazón del Imperio, marchitando todo a su paso, deshaciendo poco a poco sus contornos.

En este tiempo, ni siquiera la Mirada Preservativa, truco al fin y al cabo, es capaz de detener lo inexorable.

Agua Fría, la protagonista de esta vertiginosa novela, es una joven elegida para ingresar en la élite religiosa. Mediado su aprendizaje en el oscuro e imponente Talapot —vasto edificio donde habita la cúspide eclesial—, emprenderá un largo e incierto viaje en busca de respuestas, de una libertad soñada, de una salvación in extremis, suponiendo para ella, además, una búsqueda más íntima y profunda; el camino que la guíe al encuentro consigo misma.

Un mundo que es, a un mismo tiempo, futuro y pasado, cuyo origen (tras la Gran Catástrofe), es, en mi opinión, el giro más sugerente de la narración. Un viaje legendario en que se funden ecos místicos, mágicos, medievales, épicos o tribales. Tejido hábilmente, aunque en ciertas partes resulta algo inocente y previsible, mantiene el interés, ganando intensidad conforme avanza la lectura.

Las mujeres son las grandes protagonistas de esta historia de tintes apocalípticos, pues ellas lideran (salvo el caso de la remota tribu Uma, anclada en una vida embrutecida y ancestral) este universo decrépito y moribundo. Rigen el poder supremo, dominan los saberes arcanos —como la hipnosis, vedada al sexo masculino—, encabezan partidas de mercaderes, gobiernan comunidades rebeldes, o se erigen en fieras guerreras. Y es que en ellas —mujeres de toda clase y condición— reside el misterio del origen de la vida, algo que, cuando el final se abate como un ave funesta, adquiere, si cabe, una relevancia casi espiritual.   

Temblor (1990), es una novela que sólo podía escribir una sensibilidad femenina. Además de una reflexión sobre la propia condición humana, destila fantasía por los cuatro costados, y, probablemente, supone, junto a Olvidado rey Gudú (1996) de Ana María Matute, una de las más sorprendentes y acertadas incursiones en el mundo de la fantasía legendaria en la literatura española contemporánea. Su autora, la periodista y escritora madrileña Rosa Montero, es una firma conocida del gran público (habitual del diario El País y colaboradora en revistas como Fotogramas).

 ¿Se trata de un hecho excepcional en nuestras letras? ¿Publicaría libros de terror, ciencia ficción o fantasía la editorial Seix Barral a autores «desconocidos»?

En todo caso, al margen de disfrutar de su prolífica y variada obra, Rosa Montero demuestra que se puede narrar una historia fantástica con una prosa digna de la mejor novela realista. Bella, ágil, intensa, poética en muchos momentos, la escritura de Montero es, sin duda, una de las claves del éxito que, en forma de galardones, han acompañado a esta autora desde que, en 1997, ganara el Premio Primavera de novela.

Tras la publicación de Temblor, Rosa Montero ha seguido cultivando, a intervalos, el género fantástico. Así, en 2005 apareció la fábula El Rey Trasparente, y, más recientemente, la novela Lágrimas en la Lluvia (2011).

Una espléndida ocasión para descubrir su narrativa y acercarse a la visión contemporánea de la ficción legendaria en lengua castellana.

Ojalá el ejemplo «transgresor» de Rosa Montero no sea una excepción. Ojalá sirva para que editoriales y autores apuesten por este espléndido legado literario. Ojalá.