martes, 29 de junio de 2010

EPÍLOGO

Relato del joven marino que huyó de Fastum
“Aquel fue el último día que vi la orilla del mar. Tras esa aciaga noche, me mudé al interior, y durante mucho tiempo vagué sin rumbo, todavía conmocionado por el relato y por los hechos de los que fui testigo. Pero tuve suerte. Conocí a una mujer maravillosa, que en parte me hizo olvidar las monstruosidades que se ocultan, que acechan en las profundidades del mar, y que no dudan en visitarnos de tanto en tanto para reclamar parte de este territorio seco que, tal vez, hace eones, les perteneció.”

Pedro Pastor Sánchez

2 comentarios:

  1. Sin duda, “Lo que vino de las profundidades” marcará un antes y un después en el panorama de la literatura de terror-ficción en castellano. He de agradecer personalmente a Eduardo Moreno haberme “despertado” de nuevo a este terroríficamente apasionante universo del maestro Lovecraft. Hace más de 20 años, cuando trataba de perfeccionar mi inglés, me “atreví” a traducir un relato que cayó en mis manos de este autor, entonces un desconocido para mi, y “The outsider” me hechizó tanto por la profusión de nuevos adjetivos que añadía a mi bagaje como por esa atmósfera opresiva que en primera persona nos exponía los miedos del personaje.
    Ese pulso en el relato que tantas veces se repite en la obra de Lovecraft, siempre me hacía pensar en qué había sido de estos personajes más allá del punto y final de cada relato, qué les deparaba el destino tras haber sufrido experiencias tan horripilantes que desquiciarían a cualquiera. Con este epílogo, que Eduardo ha tenido a bien incluir en su libro, simplemente se abre una puerta a nuevos relatos, a nuevos terrores que ya bullen en mi mente. Gracias, Eduardo, por abrir esa puerta.
    Pedro Pastor Sánchez

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  2. Desde el primer cuento ya me he enganchado y voy por el tercero, sin duda una gran obra para los seguidores de este género literario. Personajes moribundos que están más vivos que nunca.Criaturas muy semejantes a las de los cuentos de terror del gran maestro Edgar Allan Poe: misteriosas, malignas, fantasmales, muertas o vivas o ambas cosas; como Madeline Usher, en uno de mis cuentos favoritos "The fall of the house of Usher".
    Muchas gracias por hacer mis ratos de ocio más amenos.

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